El rostro es la zona más expuesta a las agresiones externas (rayos solares, cambios de temperatura, …) y por ello es la que más muestra el paso de los años con la aparición de las arrugas.
Las arrugas de expresión son consecuencia de los movimientos expresivos faciales. Sus localizaciones más frecuentes son:
Frente
Entrecejo
Zona externa de los ojos: patas a gallo
Dorso de la nariz
Alrededor de la boca: peribucales o código de barras
Surcos nasogenianos
Comisuras bucales
El tratamiento idóneo para la arrugas de expresión a nivel facial es la toxina botulínica conocida como Botox, ya que actuamos relajando los músculos que al contraerse intervienen en su formación.
La toxina botulínica o Botox actúa relajando los músculos que provocan dichas arrugas, por lo que éstas desaparecen confiriendo al rostro un aspecto relajado y sin arrugas. En definitiva más joven. Actúa de forma selectiva sobre la zona predominante del músculo, relajando la expresión del rostro ya que evita la formación de la arruga sin perder la expresividad personal.
En cualquier tratamiento de Medicina Estética hay que hacer una historia clínica detallada y aportar un consentimiento informado.
Duración del tratamiento
Este efecto se manifiesta a los tres días aproximadamente de ser inyectada. Su duración es de 4-6 meses, siendo lo recomendado realizar 2-3 tratamientos anuales para mantener un aspecto siempre joven.
Efectos secundarios
Son muy escasos y poco frecuentes , siempre de tipo local, son:
Dolor en el punto de inyección.
Edema local y eritema.